miércoles, 7 de abril de 2010

OBJETOS

El otro día, viendo el programa “Volver” de la primera, emitieron el particular regreso de José Bono a su tierra. Es un programa que me gusta y me disgusta a partes iguales. Hay personajes que lo hacen muy entretenido, con ese punto de nostalgia, y otros (sobre todo los mas jóvenes) que no me dicen nada. También tienen mucho que ver la tierra de donde sean para que me sienta identificado o no.
José Bono es manchego, mi segunda patria. Exceptuando a mi generación, todas las anteriores en mi familia son manchegos, así que tengo especial simpatía por aquella tierra.
Bono arregló la casa de sus padres y conservó todos los objetos que pudo formando una especie de museo en el sótano. Eso me hizo pensar que yo mismo soy un poco maniático con los objetos que tienen especial valor para mí. Lo guardo casi todo y no por un afán coleccionista, no. Guardo todo lo que tiene un valor sentimental .
Creo que los objetos poseen la fuerza de sus dueños, la personalidad de todos aquellos que alguna vez los poseyeron. Recapitulando tras la emisión, me di cuenta de que en el salón de mi piso de soltero, tras independizarme, esta el reloj de pared de mi tía y su juego de sillas y mesa, combinadas perfectamente con la modernidad de una casa de alguien joven. En el armario, amarilleando de no ver la luz, dormitan las mantelerías de mi madre, y en una vitrina, casi escondida, la vajilla de herencia que jamás uso.
Son objetos que, como un libro, narran una historia. Una historia que además va unida a mi familia. Esa vajilla de porcelana, por ejemplo. He oído decenas de veces su historia: Se la regalaron unos marqueses a mi tía abuela, que servía en su casa, como regalo de bodas. Inicialmente la vajilla tenia un montón de piezas, pero en un bombardeo durante la guerra civil se rompieron la mitad. Ahora la miro de pasada e imagino las vueltas que habrá dado por el mundo hasta llegar aquí, a “la republica independiente de mi casa”.
O el reloj, que se lo trajeron de Barcelona, y mi abuela que no sabía leer la esfera, era capaz de descifrar la hora sumando las campanadas.
Los objetos tienen el valor que su dueño quiera darle. Muchas personas los ven como chismes inservibles y al morir los padres o los abuelos, lo tiran todo, deshaciéndose de un pedazo de su propia historia.
Hace algún tiempo, cuando mi tía se hizo tan mayor y ya no podía estar sola en casa, decidió que la mejor opción era marchar a una residencia. Al no tener hijos y tener que alquilar la casa para pagar su otro hogar, nosotros tuvimos que sacar de allí todo lo que durante años fue guardando .
En una caja salieron todas las invitaciones de boda a las que asistió. Revistas, fotos antiguas, regalos tontos que durante años le hicimos envueltos algunos aun en el mismo papel. Calendarios de santos, cintas de música de su época, libros viejos y mantelerías sin estrenar.
Infinidad de objetos que fuimos incapaces de tirar porque cada uno significó algo en su vida. Todos ellos forman parte de un pequeño museo, como el de Bono, en la casa de campo familiar.
Durante varios meses, ella preguntó que fue de su vajilla, donde fueron a parar sus muebles, y sus cortinas; que si utilizábamos su mantelería que tuviéramos cuidado porque podía mancharse. Y es que en su cabeza estaba almacenado todo lo que consiguió en años.
Me encantan todos estos objetos de los que me siento incapaz de desprenderme. Verlos, revivirlos e imaginar que un pedazo de la gente que queremos, permanece vivo en nosotros, en la memoria y también en los objetos.
Algún día, nosotros, habremos acumulado sin darnos cuenta, un montón de chismes más.

16 comentarios:

  1. Pues si , a veces vamos haciendo nuestras vidas de estos pedazitos de recuerdos que vamos acumulando en un intento de no olvidarlos!
    Yo igual, a traves de las cosas atesoro momentos! tengo el primer boleto que pague con mi carnet de universitario. El recibo del primera invitada con mi primer sueldo a toda mi familia, la etiqueta de varias cervezas y asi y asi!

    jejeje aqui en peru, el termino es cachivachero! el que colecciona cosas que al parecer no tienen valor.
    Que interesante entrada!!

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  2. Que genial... Yo tbm soy de los que guarda un montón de cosas.. tengo un baúl en casa donde van a parar los miles de recuerdos que me llego a lo largo de mis años... En casa la verdad es que poca cosa, porque no hay muchos muebles antiguos que pudiera recoger, pero en casa de mi madre hay una vitrina antigua, que cuando yo era pequeño estaba en casa de mi abuela, que me encanta....

    No se si te lo había dicho, pero el otro día me pusiste un poco colorado con eso de que charlar conmigo sería... como dijiste.... ah, no me acuerdo ahora, pero bueno.. que sería agradable.. jejej, gracias, que no estoy muy acostumbrado a los piropos..

    Un beso cielo

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  3. Yo también guardo con mimo cosas de mis antepasados, menos de las que quisiera, los cambios de casa son atroces, y durante unos años hubo varios, así se han ido perdiendo recuerdos. Ver un objeto antiguo, que tiene su historia me gusta, tocarlo, pensar cuantas manos antes han hecho ese mismo gesto....
    Un abrazo:-)

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  4. Creo que tienes todo un tesoro en tu casa. Me da penilla la historia de tu tìa, pero al mismo tiempo me imagino la exitaciòn de revolver todos los armarios y comodas. Abrazote!

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  5. Otra "mania" que compartimos;esas cosas,que para los demás carecen de valor,son retazos de nuetra vida...nos ayudan a recordar.

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  6. esos objetos son verdaderos tesoros sin duda, parte de nuestra historia personal. Admito que no soy muy dado en guardar muchas cosas pero si tengo una cierta tendencia a guardar cosas de valor sentimental. La verdad es que conservar muebles, cosas que abultan mucho se hace cada vez más dificil pero pequeñas cosas y recuerdos no deberían de faltar...
    Me ha gustado mucho esta entrada :-)

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  7. Bueno, y me dejé en el tintero tantas cosas. Tengo dos sillones que me traje de casa de mi abuela, los tapicé, los restauré y allí están tan monos en el salón. Son los únicos que quedan de un juego de seis, el resto (de ébano, por cierto) mis abuelos los fueron quemando para calentarse frente al fuego. Que de cosas nos cuentan los objetos.
    Gracias por comentar

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  8. JF, primero que cosas tan bonitas me escribes, fue una sorpresa leerte en mi oscuro desván, siempre te leo en LA MARCHA FÚNEBRE.(me sonrojo y eso que tengo escasa verguenza).
    Los objetos son especiales por los recuerdos.
    Mira como tengo unos hijos tan despegados de lo material, ahora que ya soy mayor :)
    He pensado en ir regalando aquellos objetos que he ido conservando a lo largo de mi vida a las personas que sé que lo van apreciar.
    Mi hijo solo quiere los libros, mi hija mi colección de bolsos y zapatos, todo lo demás que ha significado algo para mí pasan, pienso que si regalas algo a una persona que lo sabe apreciar, permanece el espirítu de quien te lo regalo y de esa forma se perpetua el recuerdo...
    Solo aquello que significa algo especial, he ordenado que lo depositen en mi ataud para que me quemen con ello, así me voy como los faraones con mis preciados tesoros al otro mundo.
    Un abrazo
    Un abrazo

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  9. Comparto contigo y muchos de tus lectores el conservar esos objetos que forman parte de nuestra vida y de los que tanto nos cuesta desprendernos y es que, de alguna manera, les concedemos un valor sobreañadido que conforma nuestra forma de ser poseyéndonos tanto como nosotros los poseemos a ellos.

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  10. Eurice, es que tu blog es una joya, imprescindible visitar por su belleza. Me ha gustado eso de llevarte las cosas como los faraones. El único inconveniente es que a mi me tendrían que incinerar en un una pira como antaño, porque me llevaría tantas cosas ...
    Lola, al final el objeto en cuestión tiene tanto del que fue como del que es, y de cada uno mantiene un poquito.

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  11. Yo de momento (y toco madera), no estoy todavía en edad de heredar nada, aunque en mi casa hay alguna que otra joya (y no me refiero a las presiosas) de auténtico valor sentimental, y eso que mi padre es de los que tiran con todo y más. Cuando hice la mudanza a Madrid, con mis dos maletas y la gallina debajo del brazo no pude traerme conmigo más que unas cuantas fotos, el resto, lo tengo guardado en un par de cajas, en mi habitación en Galicia, allí donde mi padre está deseando entrar para pasar la segadora. Tengo desde piedras de cualquier lugar en el que he estado, a mapas, cucharillas de helado, monedas, entre ellas una de 1815 que apareció en el jardín de mi casa, e infinidad de cosas, y muchas cartas y escritos que he dejado por allí, y que, algún día, quien sabe, terminaré publicando, si no me ingresan antes por tener síndrome de diógenes.

    Bicos ricos

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  12. JF vengo a desearte un finde de "muerte" ;)
    Aunque no lo creas estoy recopilando aquellos comentarios que más me han impactado o gustado, para fotocopiarlos y llevarmelos al otro barrio, ese del que nadie ha vuelto, pero seré la excepción, volveré para comrentarte que tal se está allí :) y sre vale la pena esperar,ja,ja,ja.
    Me sonrojas cuando dices que mi blog es una joya...
    Un abrazo y un besazo

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  13. Muy bueno Eurice. A partir de ahora, en vez de por el blog, nos comunicaremos a través de otros medios: Psicofonías, Guijas y otros sistemas, muchísimo más interesantes que Internet o el teléfono móvil. Estaré pendiente de cualquier señal.... Pero mientras, espero que sigas publicando tus entradas con tanta clase como llevas haciéndolo hasta ahora.

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  14. Que cantidad de objetos conservas, ¿sabes?, a mi me cuesta muchísimo desprenderme de mis cosas pero lo he ido haciendo porque no quiero dejar tanto a mi familia y no sepan que hacer.

    Ya lo he repartido todo y saben que le toca a cada quien, pero se los tengo que estar repitiendo para que no se les olvide.

    Gracias y un gusto que pases por mi blog.

    Saludos.

    Me gustó este post.

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  15. Estoy en tu onda.
    En casa continúan vivos: la radio de mis abuelos maternos ( en 1920 ya funcionaba), una lámina de una virgen rodeada de un marco de época que hice restaurar, Los restos de una vajilla amarilla con unos gatos en negro en la que desayunaba de niño y que mis abuelos heredaron de la familia a la que sirvieron . Un reloj de pared reparado y funcionando, una figura de principios del XX represantado a una mujer junto al horno, unos pendientes de plata repujados que se dice realizo un preso, un mantel bordado magnífico... de los padres de mi mujer.
    De mis padres vajilla, cubertería, libros, una figura de marfil y un cuadro.
    Es una manera de mantenerlos presentes en nuestro día a dia.
    Buen fin de semana.

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  16. Yo también soy de guardar todos aquellos objectos que en algún momento de mi vida fueron importantes para mi. Me encanta de vez en cuando abrir esa caja que tengo debajo de la cama llena de recuerdos, que con solo mirarlos me vienen infinidad de sensaciones e imágenes a la cabeza de lo que supusieron para mi hace años.

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