Mostrando entradas con la etiqueta campo de estrellas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta campo de estrellas. Mostrar todas las entradas

jueves, 15 de septiembre de 2011

Isabel

Al partir ¿que me queda de ti?. Te marchas silenciosa y callada, con tu mirada clavada en mí … Esa mirada de tu último día, esa en la que parecías querer decirme con los ojos “me voy, pero me quedo por que te dejo aquí todo mí amor“.
Te vas, pero te quedas. Te quedas dentro de mí, por que formas parte de mi vida, por que me dedicaste todo tu tiempo, tus caricias y tus besos. Te vas pero queda el roce de mis labiso con tu piel agrietada, seca por tantos años vida. Esos besos que los últimos días no pude darte, que ironía, tú que tanto me los reclamabas nada más llegar, pero prometo que te los daré el resto de mi existencia, en sueños, al aire, a una canción que me recuerde a ti, al olor de tu casa, de tu ropa; Al sonido de tu voz, grabado en mi memoria.
Nadie se va del todo, menos tú que tanto espacio has llenado en nosotros … Mi otra mamá.
Recuerdo ahora, a tan solo un día de tu marcha, la paciencia con la que nos dabas de comer, los caprichos que nunca nos negabas, las tardes de visita adolescente, para sacarte las doscientas pesetas de propina para salir ese fin de semana. Recuerdo el olor de tu casa, el sonido del reloj colgado en la pared, ese que ahora suena en mi casa y que a cada campanada me recuerda tu nombre y me trae tus recuerdos … tantos recuerdos.
Doy gracias a Dios, porque ha dejado que compartas conmigo tanto tiempo, tantos momentos. Por eso me siento privilegiado. Ha sido un regalo conocerte y quererte. Quererte y que me quieras, por que sé que allí donde estés me sigues queriendo, como siempre, como toda tu vida hiciste.
Ahora sé que este final no acaba nada, que comienza una nueva forma de estar contigo, en mi memoria, en mis oraciones, en mi cabeza, donde retumba tu voz y tus gestos; donde permanece el sonido de tu risa, esa que hace años que no escuchaba, pero que permanece.
Me dejaste el regalo de tu vida, un regalo incalculable. Me dejaste tu mirada clavada en mí en tus últimas horas, fija. Una mirada llena de palabras y recuerdos, llena de esperanza en el otro sitio, donde estas ahora, bailando con toda la gente que tanto has querido. Contagiando alegría y dando luz, organizando aquel espacio que llamamos cielo. Siempre quisiste que todo pasara por tus manos y ahora, allí, seguro que estas poniendo todo patas arriba, libre de todo lo que aquí te ataba. Tú que tantos andaste por el mundo, que tanto gritaste y viviste. Tú, que eras todo energía, acabaste silenciosa, callada, quieta …
Te vas, pero te quedas; y hasta para irte lo hiciste bien. Te dio tiempo ha decirme cuanto me querías, con palabras y miradas; ha responderte cuanto te he querido, con palabras y con actos. Te dio tiempo ha despedirte y dejar de ti el más bello recuerdo que pudiera tener: un domingo soleado de otoño, un paseo en bicicleta con mi hermana, tu niña, tu otra hija, con el tío y de la mano junto al rio henares. Un recuerdo vivo, tan vivo como tú. Allá donde estés, nunca olvides cuantos nos hemos querido, cuento te hemos querido.
Podría decirte muchas cosas, tantas frases, tantos abrazos. Podría pensar en lo que se quedó por hacer, en lo que hicimos. Quizá podría quedarme algún remordimiento porque a veces la falta de tiempo no me dejó compartir más tardes junto a ti, en estos últimos años que tanto nos necesitabas. Podría sentirme de muchas maneras: triste, aliviado por que ya no sufres, nostálgico por lo que ya no viviremos juntos, vacío por tu ausencia.. Pero solo me siento en paz, porque tú y yo, ya nos dijimos todo, ya lo vivimos todo, ya hicimos todo lo que podíamos hacer; y ya solo quedaba despedirnos con la tranquilidad que da saber de que todo lo que podíamos hacer, se hizo bien
Hasta siempre tía. Sé que algún día volveré a abrazarte, solo nos queda esperar...

martes, 3 de noviembre de 2009

TE HE ECHADO DE MENOS HOY.


En esta nueva etiqueta que he denominado "campo de estrellas", iré escribiendo sobre otra de mis paranoias: mis mitos. Ya escribí que yo soy mitómano, así que poco a poco desgranaré uno a uno cada uno de estos personajes.

DIEZ AÑOS SIN ENRIQUE URQUIJO

Dale al Play



Este mes se cumplen 10 años desde que Enrique Urquijo marchó de este mundo, y no he querido dejar pasar la oportunidad, una más, para recordar a este hombre que con su voz y sus canciones a compuesto gran parte de la banda sonora de mi vida y la de mucha gente.
Sea este mi pequeño homenaje.
Los Secretos y Enrique Urquijo en particular, son un paréntesis extraño en la música que me gusta y que habitualmente escucho. No suelo seguir a grupos que llegan al gran público, no me suelen gustar. Me suelo ir más hacia la música independiente y en especial hacia la más oscura y tenebrista. Ahí es donde encuentro la posible relación con Enrique. A los Secretos le ha perseguido siempre la tristeza, por mucho que ellos lo nieguen. Las letras deprimentes de sus canciones. El mismo Enrique declaró en muchas ocasiones que era incapaz de componer nada si no estaba triste.
Conocí la personalidad de Enrique a través de un libro publicado por Rama Lama Music, titulado “Adiós tristeza”. Enrique fue un hombre tímido pero apasionado en todo lo que hacía. Cada una de sus canciones reflejan su personalidad inquieta y obsesiva. Tuvo una vida rara, no fue muy afortunado en amores, y los tiempos que le toco vivir, donde las drogas estaban al orden del día, le fueron destruyendo poco a poco.
Mi relación con el grupo viene más o menos desde los 15 años cuando , como toda la gente de mi generación, escuchábamos en lo bares canciones como “déjame” o “sobre un vidrio mojado”, entre medias de muchos otros Hits de la época. Sin embargo algo me atrajo especialmente de la voz de Enrique Urquijo que me hizo investigar mas sobre él. Comprarme algo más que un recopilatorio de Grandes éxitos.
Chocaba bastante en mi, con mis referentes musicales tan diferentes a los de los hermanos Urquijo, que tuviéramos algo que conectara a uno con otros. Recuerdo cuando escuché “el primer cruce” “ojos de perdida” o "quiero beber hasta perder el control" con una base rítmica tirando a Rock and Roll americano y algo country, sonido que en esos momentos yo detestaba, y que sin embargo en la voz de Enrique me parecían espectacularmente bonitos.


Me compre del tirón, “la calle del Olvido” y un concierto que sonaba fatal, donde descubrí la canción mas importante de todas las que escuchado nunca: “Buena Chica”
Este tema tiene para mi especial importancia, porque aparte de las cientos de veces que la habré escuchado y no me canso jamás, tiene un significado especial en mi vida que la gente que me conoce sabe cual es. Es sin duda mi canción favorita ya no solo de Los Secretos, sino de todas.
A mis amigos les parecía lo peor que a mi me gustara un grupo así, mientras lo que se llevaba entre nosotros era mas punk, pero yo no podía evitar sentirme cautivado por la voz de este hombre. Me empapé de su tono tristón y melódico.
Un sábado por la tarde, de camino hacia la Sala Revolver de Madrid, entré junto a un amigo a comprar tabaco a un pequeño bar que pillaba de camino, en la plaza de Conde Suchil. Al cruzar la puerta estaba sonando una canción de Enrique (si no recuerdo mal “ojos de gata”) y comencé a tararearla, pero al acercarme hacia la maquina, vi que sobre una pequeña tarima estaba él, con una guitarra dando un pequeño concierto para muy poca gente, como a Enrique le gustaba. La verdad que no habría más de cuarenta personas allí. Frené de golpe y me quedé hipnotizado por la situación. Enrique Urquijo ya era para mi el gran mito, uno de los primeros mitos de mi vida y estaba allí, tan cerquita que me vio la cara de asombro y sonrió, o me lo pareció a mi. Disfruté de las cinco o seis canciones que tocó y luego marché. Podría haber hablado con él cuando bajó de aquella tarima (que ni siquiera era escenario), haberme acercado a saludarle porque resultaba muy accesible y había muy poca gente, pero a mi siempre me ha paralizado ver a las personas que admiro de cerca y me muero de vergüenza si tuviera que decirles algo. Así que me di media vuelta y me fui, satisfecho de haber vista tan cerca al genio.
Lo demás fueron discos y mas discos: “Adiós Tristeza”, “Dos caras distintas”, “Cambio de planes”.
Cuando salió Cambio de Planes me acababa de dejar con una novia del instituto, una chica que se llamaba Elena y , tonterías de la adolescencia, me iba hacia su barrio siempre tarareando esta canción.
Cada tema de Los Secretos puede situarme en un momento de mi vida. Seguí escuchando tanto al grupo como las dos joyas que sacó con Los Problemas, pensando que Enrique Urquijo era una fuente inagotable de canciones bellas, de composiciones que podían hacer que te identificaras con sus letras.
Pero no fue así.
Enrique falleció el 17 de Noviembre de 1999, con tan solo 39 años. Prefiero no detallar aquí las causas que ya todos conocemos, pero no murió de la mejor forma posible ni en su momento.
Por lo que se de él, siempre fue una persona depresiva. Un hombre al que no le gustaba mucho este mundo y caminaba entre el entusiasmo de su música y el desencanto general hacia lo que le rodeaba. O eso cuentan los medios de comunicación.
A mi la personalidad de Enrique me gustaba, porque si no hubiera así, no habría creado las canciones que creó; pero cada vez que escucho temas como el ultimo “hoy la vi”, “cambio de planes“, “hoy no“ “pero a tu lado“, “margarita” y muchos más, siempre pienso ¿Cuánto hubiera podido dar de sí este hombre si continuara vivo?. Cientos de canciones que se llevó y que no podrá compartir con la gente.
Hace un par de semanas, su hermano Javier ha publicado una maqueta de Enrique en su nuevo disco. La escuchas pensando si hubiera sido para lo nuevo de Los Secretos o Los Problemas, y como hubiera sido ese nuevo CD. Creo que Enrique estaba, cuando murió, en uno de sus mejores momentos creativos, si es que alguna vez tuvo algún momento creativo malo.
Por suerte Álvaro defiende bien sus canciones, y desde que no esta Enrique ha sacado dos discos muy buenos, pero el hueco de este hombre en el escenario y en la música es difícil de rellenar.
Cuando me enteré de su muerte por los medios de comunicación, no lloré, porque los chicos no lloran, pero si sentí muchísimo su perdida. Una semana después le llevé flores a su tumba.
Ahora que se cumplen diez años, volveré a poner un ramo, para recordar que allí, esta la voz más triste y cercana que jamás escuche, y que Enrique resucita cada día en los cientos de personas que después de 10 años seguimos escuchándole casi a diario, probablemente más contento allí arriba, que en este “mundo raro”, que tan mal le entendió.
Con todos mis respetos.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...