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jueves, 5 de abril de 2012

Cementerio de Bilbao


Vaya, parece que últimamente solo escribo una nueva entrada cuando visito algún cementerio, y es que no consigo sacar tiempo para mantener el blog y no quiero cerrarlo. En fin, mil disculpas como siempre.
El pasado fin de semana estuve de turismo por Bilbao, y como no, visita obligada fue el cementerio de la ciudad. No defraudó, como es natural.
Lo primero que uno se encuentra al adentrarse en esta gigantesca necrópolis de Derio, 208.000 metros cuadrados, es una preciosa galería columnada atribuida a Edesio de Garamendi, según la propia página del cementerio.
En estas galería se sitúan, aparte de la capilla, la casa del capellán, el deposito de cadáveres, la casa del enterrador y el crematorio.
Es un precioso recibimiento para el visitante (vivo, el muerto no se entera) que ya tan solo por eso merece una visita.


Tras las columnas y los arcos, se accede al cementerio en si, salpicado de panteones y lápidas enmohecidas. Todo él es un inmenso
jardín verde, apenas los caminos mas principales estánasfaltados, lo demás son pasos de césped cuidado.
Este cementerio sigue el urbanismo de una ciudad en miniatura, con sus viales en cuadricula, la plaza central de nuestra señora de Begoña y la distribución jerárquica en función de la clase social de los difuntos que allí reposan.
El hecho de que se enterraran aquí las grandes familias de burguesía bilbaina, y que los panteones sean una prolongacion de la casa, propició la participación de lo mas granado de los arquitectos de la primera mitad del siglo XX.
Realmente hay panteones espectaculares, que demuestran una intención de la familia de resaltar por encima de sus vecinos.
Lo cierto es que aunque de su gran extensión no nos dio tiempo a visitar ni la mitad, se puede sacar como interesante una gran parte, ya que este cementerio merece un paseo más sosegado y más documentado. Lo que deja claro nada mas adentrase en él, es que no deja indiferente.
Otro cementerio mas para el archivo de mi memoria.
Puedes ver todas las fotos pinchando aqui

martes, 21 de febrero de 2012

Abney Park Cementery

Dicen que no hay lugar más silencioso y lúgubre en toda la ciudad de Londres. Lo dudo, Londres esta repleto de espacios interesantes y oscuros, pero es cierto que tal vez el parque cementerio de Abney sea uno de los sitios que más encanto tiene de toda la gran urbe.Reconozco que nos costó bastante encontrar el sitio, casi fuimos a la aventura, buscando por internet y con ningún plano de la zona.
Nos bajamos en Stoke Newingtron y ya el barrio nos pareció algo lúgubre. Hacia bastante frío y una lluvia fina pero constante comenzaba a caer. Caminamos hasta la entrada principal y en recepción un señor de aspecto gótico nos regalo un plano fotocopiado y pobre y nos indico como visitar el cementerio. Estaba claro que no tenían demasiados visitantes últimamente.
Si Highgate nos pareció un jardín abandonado, Abney Park se nos reveló como el abandono total. No he visto en mi vida un espacio más gótico y más bello que este. Montones de hojas doradas se espacian por todos los caminos embarrados y apenas si sabiamos, cuando comenzamos a adentrarnos por el laberinto de tumbas, si caminábamos por encima de las

lápidas o por los
propios senderos antiguamente trazados ...

Abney Park es un lugar diseñado por LadyMary Abney y el doctor Isaak Watts e inagurado en 1840 como un experimento piloto de Jardin-Cementerio. La idea inicial y la que finalmente se cumplio, fue dar eterno descanso en su tierra a los "Dissenters", protestantes que no estaban a favor de la iglesia anglicana. Parece ser que nunca llego ser consagrado, pero eso a fecha de hoy da igual. Poco a poco el abandono ha ido haciendo del lugar un pequeño bosque donde la maleza come los rostros de los angeles de piedra. Un espacio donde conviven arboles centenarios con cruces y lapidas. Poco a poco la humedad a ido tiñendo el rostro de las esculturas y la hiedra se ha acomodado sobre la piedra, dotandolo de una belleza casi sobrenatural.
Tradujimos el folleto de que nos habían entregado a la entrada y comprobamos alzando la vista que éramos prácticamente los únicos visitantes que ese momento pisaban aquello.
Es difícil describir la sensación que se tiene al entrar allí (pasa con todos los cementerios), pero algo te sobrecoge el cora
zón cuando caminas, casi perdidos por entre los arboles y las sepulturas: la soledad, el silencio, la belleza, el abandono, el nombre de cientos de personas que ya nadie recuerda y que permanecen alli abajo, sepultados bajo un manto de maleza.
En el centro, como un fantasma de piedra, se nos apareció una capilla gótica bellisima y al igual que todo el conjunto terriblemente abandonada.
Casi nos perdemos entre medias de aquella gran urbe de los muertos, asombrados de el espectáculo, un nuevo espectáculo que nos ofreció gratuitamente la ciudad de Londres.
Dos horas después salimos de alli, con la absoluta certeza de que si algún día volvemos a Londres, Highgate y Abney Park volverán a ser visita obligada.
Puedes ver todas las fotos pinchando aqui

sábado, 10 de diciembre de 2011

Highgate Cementery


Lo primero que debo hacer es disculparme con los lectores de este blog que se hayan sentido abandonados, y es que últimamente tengo poco tiempo para dedicarlo a nada. Se me pasó por la cabeza cerrar este espacio, pero algo me decía que no, así que continúo con el mientras pueda.
Gracias por aguantarme.
Hace un par de semanas hice un viaje a Londres que me permitió disfrutar de esta magnifica ciudad y como no de dos de sus cementerios, aunque me deje muchos por ver. Londres integra sus necrópolis en la ciudad, y es fácil pasear y encontrarte en un parque, o al lado de una acera un gran cementerio.Una peculiaridad de los cementerio de allí son su aspecto, tan distinto a los de España. En definitiva lugares mucho más góticos y sombríos, casi escapados de cuentos de terror. Espacios sorprendentes que permiten un paseo sosegado y un millón de fotos, aunque tanta belleza es difícil de captar con una cámara.
El cementerio de Highgate esta algo alejado del centro y del bullicio de Londres, en el precioso barrio de archway. Nos costó un poco encontrar el lugar, pero preguntando conseguimos acceder hasta él. En al entrada una señora mayor y que sabia algo de español, poco, nos vendió el boleto de acceso por 1,50 libras y nos indicó que no nos saliéramos de los caminos señalizados.

UN POCO DE HISTORIA
"Situado en lo alto de Highgate Hill, este cementerio empezó a construirse en 1839 y es
una joya de la arquitectura funeraria victoriana. Se trata de una verdadera “ciudad de los
muertos”, ya que en su interior se encuentran enterradas 168.000 personas, en
aproximadamente 52.000 tumbas. Se divide en dos secciones, la Oeste, más antigua, y
la Este, conectadas por el camino de Swain’s Lane.
Repleto de mausoleos, ángeles de piedra y frías avenidas, con el paso de los años los
árboles han invadido toda su extensión, convirtiéndolo más en un parque que en un
lugar de reposo de los difuntos. La mayor parte se encuentra abierta al público, excepto
la zona Oeste, a la que se organizan visitas guiadas. Uno de sus atractivos es ser el lugar
de descanso eterno de personajes ilustres como Karl Marx y Charles Dickens.
Desde su construcción ha protagonizado todo tipo de historias de terror, y en su interior
se han llegado a organizar cacerías de vampiros, exorcismos y ceremonias mágicas. La
profanación de tumbas fue algo habitual en este cementerio durante mucho tiempo. Por
suerte, desde que la Asociación de Amigos de Highgate se hizo cargo de su
conservación, todo permanece tranquilo. Al menos en apariencia. "
En general lo mas impresionante de este lugar es sin duda el impacto que causa al visitante, las sensaciones que produce. La naturaleza convive a sus anchas en un lugar repleto de tumbas derruidas, descuidadas y enmohecidas y esto lo llena de belleza. Al andar por sus caminos se tiene la sensación de haber viajado en el tiempo o estar viviendo una película gótica. Es increíble percibir e imaginar como fue aquel lugar antes, y como es posible que con los años sea aun más bello.
Una visita que recomiendo a todo aquel que viaje a Londres y le interese el arte funerario, por que aquí habrán tocado el cielo. Sin duda, el cementerio más bonito que jamas he visitado.
Puedes ver todas las fotos de Highgate pinchando aqui

martes, 27 de septiembre de 2011

Cementerios del Camino


Desde que terminé en Santiago el camino, tenía claro que este trayecto se merecía una entrada dedicada exclusivamente a los cementerios que a través de kilómetros y kilómetros de andadura te vas cruzando.

De un reloj se oía // compasado el péndulo,// y de algunos cirios el chisporroteo.
Tan medroso y triste, // tan oscuro y yerto // todo se encontraba que pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!

Son lugares pequeños, recoletos. Espacios casi olvidados, cuando no abandonados. Cementerios de apenas unos cuantos metros cuadrados, tan distintos a los de Madrid u otras ciudades grandes.

Del último asilo, //oscuro y estrecho, // abrió la piqueta //el nicho a un extremo.
Allí la acostaron, // tapiáronle luego, //y con un saludo //despidióse el duelo



Si, porque los muertos de los pueblos pequeños, los difuntos de los pueblos abandonados están más solos que los de las ciudades. Las inscripciones que grababan su nombre sobre el mármol se han ido borrando con el tiempo. Las letras sobrepuestas metálicas se van cayendo y dejan apenas la marca del tiempo sobre la lápida.
Allí cae la lluvia con un son eterno;//allí la combate el soplo del cierzo.
Del húmedo muro // tendida en el hueco, ¡acaso de frío se hielan sus huesos...!
Por el camino aprendes, o te reafirmas por si aun no lo tenias claro, la finitud de la vida, el mínimo espacio de tiempo que pasamos sobre la tierra para luego permanecer toda la eternidad muertos. Los cementerios del camino te dejan con el alma sobrecogida por la soledad, por la paz, por la naturaleza que los rodea y los abraza.
Muertos seremos los de ciudad y los de aldea. Muertos los de campo y los de asfalto. Pero visitar estos lugares, atravesarlos como parte de la propia naturaleza, te recuerda la tierra que pisas, en la que te convertirás inevitablemente.
¿Vuelve el polvo al polvo? ¿Vuela el alma al cielo? //¿Todo es sin espíritu, podredumbre y cieno? no sé; pero hay algo que explicar no puedo,//algo que repugna aunque es fuerza hacerlo, // el dejar tan tristes, tan solos los muertos.

jueves, 30 de junio de 2011

Ruta de las velas por San Isidro

Definir lo que ocurrió el Lunes pasado en el cementerio de San Isidro es difícil si no se estaba allí, ya que no se trataba solo de una visita cultural, se trataba de vivir el lugar, de descubrirlo paso a paso: su historia, sus ilustres personajes, sus preciosos panteones.
Se trataba de dejarse llevar por el silencio, por el olor de las velas y la música que ambientó el espectáculo. De la mano de Marta y Marieta de Pervive, quien tan exquisitamente me trataron, fuimos recorriendo el lugar despertando a cada paso una nueva sensación, un extraño diálogo interno.
Vamos por partes.
Con motivo del bicentenario del cementerio, el presidente de la sacramental, junto con Pervive organizó por primera vez la ruta de las velas. El acto consistía en descubrir el lugar y su historia al atardecer, a puertas cerradas e iluminado por velas … el resto fueron sorpresas. Gracias a esta iniciativa, pude visitar libremente el interior de los mas significativos panteones, como el de Gandara, fotografiar preciosas esculturas ocultas para cualquier visitante. Marta me hizo sentir como un verdadero Vibs (Very Important Blogger) termino acuñado por ella misma, y me dejó que entrara saliera, fotografiara y viera todo lo que estaba a mi alcance sin restricción alguna, conocedora como es del respeto que tengo hacia este lugar.
Poco después llegaron el resto de invitados. Todo el eje central del cementerio estaba iluminado por velas y ascendieron hasta el recibidor, donde el guía y la dama de blanco los recibió e invito a pasar al recinto. A partir de ahí y de la mano de ambos así como del historiador, fuimos descubriendo cada detalle de la ruta. Nos contó anécdotas curiosas y tristes para los amantes de la cultura, como el fusilamiento de el cristo o el destrozo a esculturas del panteón de los duques de Denia durante la guerra civil española. La historia de la Fornarina, enterrada allí, cupletista famosa de principios de siglo. Hubo tiempo para escuchar el silencio, algo tan preciado en Madrid. Hubo momentos para escuchar versos, para disfrutar de la danza del silencio frente a uno de los
más bellos panteones de la sacramental. Poco a poco fue haciéndose de noche y el lugar adquirió aun más belleza. La luz de las velas le dio un matiz distinto y desconocido para mí.
Paseamos aun por más recovecos y terminamos con un concierto de arpa magistralmente interpretado en el interior de uno de los múltiples panteones que posee este lugar.
Como bien digo es difícil describir la tarde, ya que se trataba más de sensaciones que de cultura como tal. Para mí, que los cementerios son lugares que visito con frecuencia y que fotografío siempre a escondidas, tener la libertad de pasearlo, verlo, escucharlo y saborearlo fue todo un lujo.
El trato de Pervive, como siempre excelente. La puesta en escena espectacular y las fotografías … juzgad por vosotros mismos. Podéis verlas todas pinchando aquí.
En el último momento Marta me invito a la presentación oficial al día siguiente, ya que el lunes era más bien un ensayo general y de buena gana hubiera asistido si el tiempo me lo hubiera permitido. No obstante, conociendo como conozco esta web seguro que no tardará en sorprenderme con algo nuevo.


No son los muertos los que en dulce calma de la paz disfrutan,
muertos son los que tiene muerta el alma y viven todavía.


La vida no es la vida que vivimos,
La vida en el honor es el recuerdo.
Por eso hay hombres que el mundo viven,
y hombres que viven el mundo de los muertos.

jueves, 9 de junio de 2011

Cementerio Sacramental de Santa María


Este cementerio es el último de los tres sacramentales de Madrid. Junto Con San Isidro y San justo, todos ellos situados en el distrito de Carabanchel, Santa Maria es tal vez el menos conocido de todos.
Tras la construcción en el reinado de José Bonaparte de los dos primeros cementerios de Madrid;el Cementerio General de Norte (1809) y del Sur (1810), diversas Archicofradías y Sacramentales de la ciudad empezaron a construir paulatinamente sus propios cementerios para enterrar en ellos a sus afiliados. Uno de estos fue el de la Sacramental de Santa María, construido entre 1841 y 1842 bajo la dirección del arquitecto José Alejandro Álvarez, sobre una antigua ermita dedicada a San Dámaso -en las inmediaciones del actual parque de San Isidro-.
En este cementerio -en el que a partir de 1844 también se enterrarán aquellos pobres que morían en el Hospital General- fueron enterrados entre otros la actriz Loreto Prado, el General Polavieja, el Alcalde de Madrid José Francos Rodríguez, o el escritor Enrique Jardiel Poncela.
La sensación que da este lugar, al igual que el resto de Sacramentales, es de absoluto silencio y soledad. A pesar de estar ubicado junto al tanatorio de San Isidro, donde el trasiego de coches es constante, una vez atraviesas las tapias de la necrópolis, todo se vuelve calma, hasta el punto de pasear con el corazón algo encogido.

Santa Maria está en lo alto de la pradera de San Isidro, con unas vistas espectaculares de Madrid. Aunque no es quizá el cementerio mas llamativo de todos los que la ciudad posee, y sobre todo después de haber visto tantos, no deja de ser un lugar mas que interesante ya que posee diversas esculturas de gran interés. Podéis ver todas las fotos pinchando aqui

lunes, 11 de abril de 2011

Cementerio Alemán de Cuacos de Yuste

Hacía algo de tiempo que no publicaba nada sobre cementerios, ya sabéis una de mis mayores aficiones es visitarlos. En el último viaje que hice con amigos al valle del Jerte, incluí en mi ruta la visita a este precioso lugar, tan distinto a los cementerios de ciudad. En el cementerio alemán de Caucos de Yuste (Caceres) están enterrados los soldados, aviadores y marinos alemanes de la Primera y Segunda Guerra Mundial que llegaron a las costas y tierras españolas debido a naufragios o al derribo de sus aviones
El gobierno alemán, a través del Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (organismo encargado de velar por los cementerios de guerra alemanes), decide reunir en un único lugar los cuerpos de los soldados alemanes repartidos por España. Las obras se inician en 1980 y ese mismo año comienza el traslado de los cuerpos, finalizando la labor en 1983, cuando es inaugurado de forma oficial el 1 de junio, con la asistencia de representantes de la Embajada Alemana, autoridades españolas y familiares llegados desde Alemania.
Todas las sepulturas son iguales y únicamente tienen una cruz en granito oscuro. Como inscripción figura el nombre del soldado, su categoría militar, y su fecha de nacimiento y muerte.
Destacan los 38 marinos fallecidos en el hundimiento del U-77 frente a las costas de Calpe, los cinco submarinistas pertenecientes al U-966, un tripulante del U-760, otro del U-454, uno del U-447, cinco del U-755, uno del U-955 y uno del U-39 de la I Guerra Mundial, así como números pilotos y tripulantes de la fuerza aérea (Luftwaffe). Igualmente existen 8 lápidas con la inscripción "Ein Unbekannter Deutsche Soldat", dedicadas a los restos de 8 hombres cuya identidad no se conoce.
Después de este introducción histórica, añado que se trata de un espacio pequeño, rodeado de árboles, en plena naturaleza, lejos de todo. Las cruces están perfectamente alineadas y la sensación de paz es absoluta.
Un espacio precioso para visitar

miércoles, 16 de febrero de 2011

Un día de lluvia perfecto


Hoy el viento ha torcido el paisaje de Madrid. Me asomé a la ventana y vi los árboles de un lado a otro y un montón de gotas resbalando por el cristal.
Me gustan los días lluviosos por que sirven para todo. Son días fantásticos para quedarse en casa, con la calefacción puesta y un buen libro en la mano, el café calentito sobre la mesa y, por ejemplo, Peter Broderick de fondo, con su sutil melodía de piano.
Me asomo a la ventana y la abro de par en par. El aire es frío y unas gotas pequeñas me han humedecido el rostro. Uno de los mayores placeres que le puedes dar a los sentidos es el olor a
tierra mojada que deja la lluvia.
Me he imaginado Madrid; los cafés del barrio de Huertas llenos de gente, ya no puedo decir que con humo. Las calles reflejan en charcos la vida que cruza por encima. No sé si quedarme en casa o salir a la calle. ¿Qué tal un paseo por el cementerio de San Lorenzo?.Me parece una idea tan estupenda que no puedo evitarla. Me pongo mi abrigo negro, cojo un paraguas y me marcho a pie hasta el lugar. San Lorenzo me apasiona. No hay nada tan excitante como perderse entre las tumbas cobijadas por cipreses centenarios. Leer sus epitafios, tan rotundos y potentes. Perderse entre patios y capillas, entre ángeles y vírgenes que lloran desoladas a sus difuntos, petrificadas sobre la losa que los habita.
Pensar en la finitud de la vida en un cementerio es tan excitante como luego plasmarlo en un blog para que los demás se enteren. ¿Qué quedará de nosotros cuando hayamos muerto?¿Solo una lápida?¿un recuerdo?. Creo que es buen tema para mi próximo post, tal vez lo desarrolle, se me ocurre pensar.
Me gustan los días lluviosos. La mañana se me fue entre tumbas y nichos, entre cipreses y esculturas funerarias, pero al salir a la calle sentí tanto frío que me metí en un café. La lluvia ha vuelto a sacudir con fuerza después de la tregua que me dio para pasear solitario por el
cementerio, donde no me encontré ni al sepulturero, cobijado seguramente de la lluvia. También me gusta la soledad cuando la escojo. Me gusta pasear por Madrid, pararme donde quiero, pensar en mis cosas, retorcer mis argumentos con un soliloquio infinito.
Si, parece que este post es contrario al anterior, o que he cambiado tanto que todo este mundo oscuro que siempre me ha gustado, ha dejado de hacerlo. Nada mas lejos.
La lluvia me gusta, mucho más que el sol. Me relaja, me hace encontrarme conmigo.
En la cafetería no había nadie, solo yo y un señor bastante mayor y con ganas de hablar que me ha servido un café fuerte, potente. Me ha preguntado si venía del cementerio, si tenía alli algún familiar al que visitar. No, le contesto yo, lo visito por placer, porque me gusta el paisaje. Sonríe y me comenta que él lo ve todos los días desde el cristal de su cafetería. Me dice orgulloso que tiene propiedad allí y que allí irán aparar sus huesos. Le hablo de mí afición por el arte funerario y me encuentro con otro aficionado, aunque no tanto al arte. Me comenta que le relaja limpiar su lápida, ir de vez en cuando a conversar con sus muertos. Su mirada se pierde un poco en no se sabe donde. Entablamos una conversación tan interesante que me da pereza irme, pero la hora de comer llega.
Me despido de él prometiéndole volver cada vez que visite este cementerio, y vuelvo a casa. Noto caer las gotas de lluvia, ya no tan suaves, sobre mi paraguas negro. Piso charcos, me sonrió. Veo deslizarse el agua como pequeños ríos directos a la alcantarilla. Ha sido una mañana perfecta de lluvia, cafés y cementerios. En casa, Unamuno me espera sobre la mesa. Le escogí esta mañana para leer alguno de sus párrafos, los que marqué hace años para releer algún día.
Me siento bien.
Por fin soy yo.

Tal vez te interese visitar mi post sobre San Lorenzo y SanJosé, Pincha aqui, o el artículo en Suite101

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Cementerio de Palma de Mallorca


Casi me había olvidado que este verano, durante mis vacaciones en Mallorca, aproveché un día nublado para visitar el espectacular cementerio de la capital. Cada tarde al pasar por una de las principales carreteras que circundan la ciudad de Palma, veía alzarse los panteones y tumbas sobre la ladera y al final no pude resistirme.
Me armé cámara en mano y me adentré en este precioso lugar que, como cada ciudad, tiene sus propias peculiaridades.
Lo que más me gustó fue el silencio y la tranquilidad con la que me encontré dentro. Ni una sola persona se cruzó en mi camino.Nadie. Mejor, así pude utilizar mi Reflex recién estrenada y perderme entre nichos y sepulturas, disfrutando del inicio en la fotografía funeraria. Lo segundo que me impactó fue el color de la piedra. Debido a la cercanía del mar y la humedad de la isla, la piedra, como se puede comprobar en las fotos, esta completamente mohosa y ennegrecida. Lejos de restarle interés o belleza a la necrópolis, esto la llena de interés.
No me gustan las tumbas impolutas, ni la piedra pulida, prefiero que se note el paso del tiempo.
La historia del lugar viene muy bien redactada en este articulo, del que dejo enlace para quien le interese.
Comenzó a llover y nos refugiamos en uno de los balcones desde donde se tiene una panorámica espectacular de lo anárquico de la distribución de las tumbas. Hay espacios en los que no se pude pasar sin pisar alguna losa resquebrajada. Tumbas apretujadas y nichos con curiosos epitafios.
Seguimos caminando y terminamos en la zona donde los gitanos se entierran. Lejos de los colores, o tal vez por que hacia tiempo que no recibían visitas, esta zona me resulto más agradable que en otros cementerios.
En definitiva, es un lugar de rancio abolengo, con claras separaciones entre las diferentes clases sociales de la isla y preciosos panteones y esculturas.
Hice muchas fotos, así que os dejo en el enlace como siempre para verlas todas desde mi álbum Picassa pinchando Aqui

viernes, 17 de septiembre de 2010

CEMENTERIO DE SAO PAULO (BRASIL)


No, no he estado en Brasil que más quisiera yo, aunque quien sabe, tal vez en breve vaya para allá. El caso es que un amigo se ha traslado (espero que con idea de regresar) a vivir a Brasil, y fíjate que casualidad, compartimos afición por los cementerios. Conrad, así se llama él, es un tío muy espiritual. Practica Reiki (alguna de sus sesiones he probado), y transmite mucha paz, como si siempre desprendiera una especie de equilibrio, un aura blanco. Es un buen amigo que echo en falta, pero que gracias a las tecnologías parece que esta un poco más cerca de lo que realmente está. Es de estas personas que se complementan bien según con quien; si me tuviera que representar en un dibujito, lo haría como un cielo con nubes de tormenta en un día de Otoño, mi estación favorita; Conrad es el tímido Sol que comienza a dar calor en los días de primavera. Las dos estaciones olvidadas del año. (Conrad, vuélvete ya).
Y después de este pequeño homenaje - zalamería que me sirve para agradecer que me enviara desde Brasil las fotos que acompañan el post, vamos al grano del asunto. El cementerio de Sao Paolo, o necrópolis homónima, data de 1926 y registra mas de 140.000 sepulturas. Surgió por la necesidad de un nuevo lugar donde sepultar a la alta elite social de la ciudad.
En las décadas siguientes a su construcción, se fueron creando mausoleos y grandes obras funerarias para albergar los restos de militares, artistas, atletas empresarios etc. que habían prosperado después del establecimiento de la sociedad del trabajo libre . Allí descansan entre otros políticos como Pedro de Toledo y Prestes Maia, los escritores Menotti Del Picchia, Francisca Júlia de Silva y Paulo Duarte, los artistas Victor Brecheret, Aldo Bonadei y Nicola Rollo, el empresario José Ermírio de Moraes, el jurista Miguel Reale, el médium Carmine Mirabelli, entre otros. Abriga también el jazigo del general Miguel Costa, comandante de la Columna Prestes, túmulos de combatientes muertos en la Revolución Constitucionalista de 1932 y de los estudiantes Dráusio Marcondes de Sousa y Orlando de Oliveira Alvarenga, símbolos del movimiento.
No suelo ser yo muy dado a dar un exceso de documentación sobre los cementerios, ya que esta puede ser encontrada en cualquier articulo de Internet, me suele gustar mas la impresión que me provoca cada necrópolis que visito. El caso es que como en esta no lo he hecho, espero que mi amigo Conrad, en un comentario nos de la suya.
Por cierto, la foto que pongo a continuación es digna de Cuarto Milenio. Por primera vez desde que veo alguna foto de cementerios, he visto algo raro. Si os fijáis, en la pared oscura de la izquierda parece reflejarse. Decidme si lo veis y que os parece.
Para ver todas las fotos, pinchad aqui.
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