Al partir ¿que me queda de ti?. Te marchas silenciosa y callada, con tu mirada clavada en mí … Esa mirada de tu último día, esa en la que parecías querer decirme con los ojos “me voy, pero me quedo por que te dejo aquí todo mí amor“.
Te vas, pero te quedas. Te quedas dentro de mí, por que formas parte de mi vida, por que me dedicaste todo tu tiempo, tus caricias y tus besos. Te vas pero queda el roce de mis labiso con tu piel agrietada, seca por tantos años vida. Esos besos que los últimos días no pude darte, que ironía, tú que tanto me los reclamabas nada más llegar, pero prometo que te los daré el resto de mi existencia, en sueños, al aire, a una canción que me recuerde a ti, al olor de tu casa, de tu ropa; Al sonido de tu voz, grabado en mi memoria.
Nadie se va del todo, menos tú que tanto espacio has llenado en nosotros … Mi otra mamá.
Recuerdo ahora, a tan solo un día de tu marcha, la paciencia con la que nos dabas de comer, los caprichos que nunca nos negabas, las tardes de visita adolescente, para sacarte las doscientas pesetas de propina para salir ese fin de semana. Recuerdo el olor de tu casa, el sonido del reloj colgado en la pared, ese que ahora suena en mi casa y que a cada campanada me recuerda tu nombre y me trae tus recuerdos … tantos recuerdos.
Doy gracias a Dios, porque ha dejado que compartas conmigo tanto tiempo, tantos momentos. Por eso me siento privilegiado. Ha sido un regalo conocerte y quererte. Quererte y que me quieras, por que sé que allí donde estés me sigues queriendo, como siempre, como toda tu vida hiciste.
Ahora sé que este final no acaba nada, que comienza una nueva forma de estar contigo, en mi memoria, en mis oraciones, en mi cabeza, donde retumba tu voz y tus gestos; donde permanece el sonido de tu risa, esa que hace años que no escuchaba, pero que permanece.
Me dejaste el regalo de tu vida, un regalo incalculable. Me dejaste tu mirada clavada en mí en tus últimas horas, fija. Una mirada llena de palabras y recuerdos, llena de esperanza en el otro sitio, donde estas ahora, bailando con toda la gente que tanto has querido. Contagiando alegría y dando luz, organizando aquel espacio que llamamos cielo. Siempre quisiste que todo pasara por tus manos y ahora, allí, seguro que estas poniendo todo patas arriba, libre de todo lo que aquí te ataba. Tú que tantos andaste por el mundo, que tanto gritaste y viviste. Tú, que eras todo energía, acabaste silenciosa, callada, quieta …
Te vas, pero te quedas; y hasta para irte lo hiciste bien. Te dio tiempo ha decirme cuanto me querías, con palabras y miradas; ha responderte cuanto te he querido, con palabras y con actos. Te dio tiempo ha despedirte y dejar de ti el más bello recuerdo que pudiera tener: un domingo soleado de otoño, un paseo en bicicleta con mi hermana, tu niña, tu otra hija, con el tío y de la mano junto al rio henares. Un recuerdo vivo, tan vivo como tú. Allá donde estés, nunca olvides cuantos nos hemos querido, cuento te hemos querido.
Podría decirte muchas cosas, tantas frases, tantos abrazos. Podría pensar en lo que se quedó por hacer, en lo que hicimos. Quizá podría quedarme algún remordimiento porque a veces la falta de tiempo no me dejó compartir más tardes junto a ti, en estos últimos años que tanto nos necesitabas. Podría sentirme de muchas maneras: triste, aliviado por que ya no sufres, nostálgico por lo que ya no viviremos juntos, vacío por tu ausencia.. Pero solo me siento en paz, porque tú y yo, ya nos dijimos todo, ya lo vivimos todo, ya hicimos todo lo que podíamos hacer; y ya solo quedaba despedirnos con la tranquilidad que da saber de que todo lo que podíamos hacer, se hizo bien
Hasta siempre tía. Sé que algún día volveré a abrazarte, solo nos queda esperar...
Vaya, pues lo siento mucho, siempre se queda uno pillado ante el fallecimiento de alguien querido y siempre nos queda el consuelo de que intentaremos mantener el recuerdo el mayor tiempo posible. Ánimo.
ResponderEliminarBicos
Alla en el cielo, estará ahora mismo presumiendo de sobrino, eso por descontado. Que bonitas palabras la dedicas y que bellos sentimientos. Poder llegar a estar con una persona tan en paz, con todo dicho y tenerla durante tanto tiempo, es de las mejores cosas que nos pueden pasar. me alegro que disfrutaras de ella tantos años y que se marchara en paz.
ResponderEliminarUn beso para ti y mucho animo.
¿Sabes? una lágrima se descolgó por mi mejilla mientras te leía.. has conseguido plasmar en tus letras tanta ternura, tanto sentimiento...tanta paz... que me ha conmovido y me ha removido por dentro. Muy hermosa tu manera de sentir y de expresar.
ResponderEliminarUn beso
Te deseo lo mejor en estos momentos tan amargos aunque por lo que dices lo llevas bien. Un besazo.
ResponderEliminarPimpf: gracias, es dificil añadir algo mas.
ResponderEliminarKotei: cierto, ha sido un regalo de muchos años. Por eso la paz que deja.
Angela: suelo escribir siempre desde dentro, no por obligacion, sino dejando sentir. Tal vez sea por eso. Muchas gracias por tus palabras.
Christian: Si, lo llevo bien. Gracias por estar.
Las buenas personas nunca se van, porque siguen estando dentro de nuestros corazones, y desde el palacio de luz que han ido a habitar cuidarán de nosotros, y seguro que nos vendrán a visitar de vez en cuando. Me ha sobrecogido esta carta, más aún que cuando hablaste de tu padre. No me cabe duda de que era y es una gran mujer. Te acompaño en el sentimiento, Julio, porque, aunque seamos creyentes y sepamos que la muerte es sólo un hasta luego, la partida siempre es dolorosa. Un beso y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe has dejado, aquí, quieta, con una emoción intensa por lo bien que sabes decir lo que sientes, con esa ternura que me llega tan adentro. Decirte que tu tía tuvo suerte de tener un sobrino como tu, hermoso por fuera y por dentro. Darte las gracias por compartir tus sentimeintos tan bellamente plasmados.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Gran homenaje a tu tía. Las personas se pueden ir fisícamente, pero jamás lo van a hacer, dentro de nuestra Alma, por siempre.
ResponderEliminarSiento tu dolor.
un abrazo enorme.
maite
Roberto: Algunos tenemos la fortuna de pensar y creer que somos lago mas que materia, que un alma nos llena y nos diferencia de otros mortales. Eso es un regalo incalculable que nos hace vivir este tipo de acontecimientos con un poco mas de tranquilidad. No obstante, una despedida siempre es triste. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarMar: Gracias por tus palabras. Lo cierto es que solo se escribir mas o menos bien cuando lo hago desde el sentimiento. Fue (es) una persona especial la que se ha marchado. Se que se fue feliz porque a pesar de no tener hijos y ser nosotros lo mas cercano, nunca pudo sentirse abandonada ni sola, por que fue querida y atendida en todo momento por nosotros como si fuera una madre. Muchas gracias por leerme y por lo que me dices en tu mensaje.
Maite: Asi es, nunca marchan del todo: quedan en nuestra memoria e impregnadas en todo nuestro ser. Algun dia volveremos a juntarnos, no lo dudes.
Buff chico, nunca se que decir en estos casos, así que me quedo en silencia por si necesitas algo.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Es increible lo que acaba de sucederme. Mi abuela se llamaba Isabel y hace apenas unos años nos dejó. Era mi segunda madre, ahora, al pensar en ella, suena en mi cabeza el reloj que colgaba de la pared de su salón. Su olor... Lo recuerdo tan fresco... Tan reciente... El único amargor que tengo es el de no haberla acompañado en sus ùltimos años como se merecía, pero no lo hice porque no la amara, fue por el miedo tan grande a perderla.
ResponderEliminarCon tu permiso, hago tu carta mía y se la hago llegar allá donde esté.
Un millón de gracias.
Besos
Cita
Dani: gracias por el comentario.
ResponderEliminarCita: Al final nuestra generacion acaba teniendo similares vivencias con nuestros mayores.
Siempre queda algo que pensamos que pudimos hacer y no hicimos, pero estoy seguro que ellas se marcharon pensando que lo hicimos bien.
Gracias por gustarte.