En ningún momento he sabido cual ha sido la motivación de este año para hacer el camino. Curiosidad no porque ya lo había hecho; penitencia de algún tipo tampoco, últimamente no me arrepiento de nada, así que simplemente echar a andar y dejar que el camino me lleve, nos lleve, hacia donde él quiera. Ayer se nos fue el día en el viaje. Madrid-Ponferrada en autobús (lo odio) y otro más para llegar a Pieros, punto fijado como de partida.
Nada más bajar del autobús conocimos a un matrimonio catalán que inmediatamente nos reconoció como peregrinos y nos guió hasta el albergue "el Serbal y la luna". Pieros es una población pequeña, cuatro casas, varios ancianos y el albergue. Este albergue es atípico: un par de hipies te reciben y dos niños de madre desconocida se encargan de él. No se cocina carne y todo es y huele a madera. Al llegar conocimos al otro inquilino, un donostiarra raro que estaba haciendo el camino en bici.
Decidimos no cenar allí porque no teníamos nada de hambre, pero el olor de la cena ovo-vegetariana casi nos hace lanzarnos a probarla, a cambio dimos una vuelta por el pueblo y a las 10 nos metimos en la cama. No teníamos nada de sueño. Leí unas paginas del libro de Paulo Coelho de mi e-book, me puse una meditación guiada en mi Ipod (muy místico yo), pero nada, a la 1 seguía sin sueño. El señor catalán roncaba como un león y conseguí dormir a trompicones la primera noche.
Antes de que sonara el despertador yo ya estaba en pie. Hemos desayunado bien y nos hemos puesto a caminar sobre las 8 de la mañana. Lo primero que me llamó la atención ha sido la ausencia de peregrinos, apenas nos cruzamos con una docena en los 20 km. Me ha vuelto a sorprender el olor del campo al amanecer, una mezcla de tierra húmeda y viñedos, higueras y espliego. Desde Pieros hasta Villafranca son 8 km de viñedos. Mi compañeras de viaje caminan algo más despacio así que he decidido aligerar el paso y dejarlas atrás. Me gusta caminar solo, escuchando música, sin hablar. Me he puesto los cascos y casi sin darme cuenta hemos llegado Villafranca. Por el camino he conocido a un seminarista mexicano que me ha contado que de sus 7 hermanos 4 son curas y tres monjas. .. Ante tanta religiosidad no me he resistido a preguntarle una duda sobre la indulgencia plenaria que da la Compostela. ¿La gano cualquier año o solo en Xacobeo? no ha sabido responderme y no sé a quien preguntar, por que yo quiero quitarme de un plumazo todos los pecados hasta la fecha para poder luego seguir pecando un montón hasta el próximo camino.
Hemos llegado a Villafranca, lleno de gente y nos hemos tomado un café. Ya solo nos quedaban doce kilómetros hasta Trabadelo. Una señora se ha reído de mí porque iba cantando demasiado fuerte y un chico me ha dicho que iba a llover, pero no por que yo cantara mal, sino por el cielo. Una vez más me he adelantado a las chicas y salvo una parada en un rió he terminado la jornada a paso ligero.
El albergue de Trabadelo es limpio y se esta cómodo. Hemos comprado algo de comida en un ultramarinos, una pequeña siesta para esta noche dormir bien y a conocer peregrinos. Mañana la subida de O Cebreiro es dura... Veremos a ver como se da.
Nada más bajar del autobús conocimos a un matrimonio catalán que inmediatamente nos reconoció como peregrinos y nos guió hasta el albergue "el Serbal y la luna". Pieros es una población pequeña, cuatro casas, varios ancianos y el albergue. Este albergue es atípico: un par de hipies te reciben y dos niños de madre desconocida se encargan de él. No se cocina carne y todo es y huele a madera. Al llegar conocimos al otro inquilino, un donostiarra raro que estaba haciendo el camino en bici.
Decidimos no cenar allí porque no teníamos nada de hambre, pero el olor de la cena ovo-vegetariana casi nos hace lanzarnos a probarla, a cambio dimos una vuelta por el pueblo y a las 10 nos metimos en la cama. No teníamos nada de sueño. Leí unas paginas del libro de Paulo Coelho de mi e-book, me puse una meditación guiada en mi Ipod (muy místico yo), pero nada, a la 1 seguía sin sueño. El señor catalán roncaba como un león y conseguí dormir a trompicones la primera noche.
Antes de que sonara el despertador yo ya estaba en pie. Hemos desayunado bien y nos hemos puesto a caminar sobre las 8 de la mañana. Lo primero que me llamó la atención ha sido la ausencia de peregrinos, apenas nos cruzamos con una docena en los 20 km. Me ha vuelto a sorprender el olor del campo al amanecer, una mezcla de tierra húmeda y viñedos, higueras y espliego. Desde Pieros hasta Villafranca son 8 km de viñedos. Mi compañeras de viaje caminan algo más despacio así que he decidido aligerar el paso y dejarlas atrás. Me gusta caminar solo, escuchando música, sin hablar. Me he puesto los cascos y casi sin darme cuenta hemos llegado Villafranca. Por el camino he conocido a un seminarista mexicano que me ha contado que de sus 7 hermanos 4 son curas y tres monjas. .. Ante tanta religiosidad no me he resistido a preguntarle una duda sobre la indulgencia plenaria que da la Compostela. ¿La gano cualquier año o solo en Xacobeo? no ha sabido responderme y no sé a quien preguntar, por que yo quiero quitarme de un plumazo todos los pecados hasta la fecha para poder luego seguir pecando un montón hasta el próximo camino.
Hemos llegado a Villafranca, lleno de gente y nos hemos tomado un café. Ya solo nos quedaban doce kilómetros hasta Trabadelo. Una señora se ha reído de mí porque iba cantando demasiado fuerte y un chico me ha dicho que iba a llover, pero no por que yo cantara mal, sino por el cielo. Una vez más me he adelantado a las chicas y salvo una parada en un rió he terminado la jornada a paso ligero.
El albergue de Trabadelo es limpio y se esta cómodo. Hemos comprado algo de comida en un ultramarinos, una pequeña siesta para esta noche dormir bien y a conocer peregrinos. Mañana la subida de O Cebreiro es dura... Veremos a ver como se da.
Yo creo que el Jubileo de Santiago solo se gana en año jacobeo... así que este año me temo que no te quedas "limpio de pecado" del todo :S
ResponderEliminarPero lo importante es el camino y la limpieza interior, ¿no?
Buena ruta, pásalo bien.
Jo! que bien, disfrútalo mucho.Yo estaba pensando en hacerlo desde Sarria, pero se me han truncado los planes.
ResponderEliminarSeguiré tu camino por aquí.
Besiños!
Lamento informarte de que sí, el perdón de los pecados sólo es durante el año santo. Y ya es mucho perdonar, bueno, depende del pecador, pero si nos ponemos a juntar perdonar todos todos los pecados por ir a santiago no es mucho sacrificio... sobre todo si no se vive demasiado lejos de allí, jajajaja.
ResponderEliminarYo también estoy con Z en lo de la indulgencia plenaria... vamos... para el resto, será otro tipo de indulgencia... y es que estar en Santiago un domingo, tela, porque cuando mejor se está es un jueves... es ironía.
ResponderEliminarBueno, por lo que tengo entendido, el Cebreiro es lo más duro del camino, yo como el francés (el camino) no lo he hecho no podría decirte, claro que en el portugués hay una subida, la Cuesta dos Cabaleiros, en Mos que es terrible, pero muy terrible, son unos cuantos kilómetros cuesta arriba, que se hacen y no mal del todo, lo peor es después la bajada... muy muy dura. Por cierto, el año pasado hice yo una serie de posts sobre mi camino, aunque tú ya lo has hecho alguna vez, por si te servía de algo.
Bicos Ricos
Pues aquí leo sobre los nervios del inicio y sobre el perdón de los pecados.
ResponderEliminarEsos nervios del que empieza algo no dejan de ser bonitos, expectación y ganas de comenzar.
Respecto al perdón de los pecados pues chico, sólo tienes que esperar al año santo, puedes seguir acumulándolos igual.