Aunque resulte evidente y más que previsible hablar de Navidad en estos días, no quiero dejar pasar por alto las fechas para escribir sobre estas fiestas.
Para mí, y para muchos cristianos, estas fechas tienen una doble vertiente, la espiritual y la “pagana”. El otro día escuché a un sacerdote por televisión, algo enfado por el tema de los crucifijos y los símbolos religiosos, decir que la navidad es patrimonio exclusivo de los cristianos, y que al igual que se prohíben otros ritos católicos, debería también hacerse con la Navidad; sin embargo, añadía, al ser estas unas fechas divertidas y llenas de consumismo, no interesa tanto como los crucifijos, eliminarlas del
calendario.
Mi punto de vista es otro: la navidad es una mezcla entre la celebración del nacimiento de Cristo
y el paganismo comercial. Un gran cumpleaños que, le pese a quien le pese, se celebra desde hace ya 2010 años y en casi todo el mundo.
Mucha gente detesta la Navidad porque ya no están sus seres queridos, o simplemente porque
son anti-sistema. La mayoría de las actos, si los desnaturalizamos pierden interés.
No obstante la celebración de cada uno es tan licita como la del otro, el tema es celebrarlo. La Navidad sirve para juntarse con la familia, ver mas a los amigos, comprar (por que no), comer mucho y recordar que hace dos milenios alguien vino a cambiar el mundo, y que al menos en estas fechas aun lo consigue.
Pero el titulo de la entrada es “Aquello que me alegra la vida”.
Me alegra la vida sobre todo mi familia, con su sola presencia y el estar cada instante a mi lado. Mi madre, que va haciéndose mayor pero la tengo. Mis hermanos,
que es imposible tener otros mejores.
Me alegran la vida mis amigos, los de siempre y los que se incorporan. Todos ellos están para alegrarme y alegrarlos yo a ellos
Me alegra la vida la gente que lee y opina en mi blog, que aguantan mis paranoias y las comentan sirviéndome de terapia para mis desvelos. Y de todos ellos me acuerdo especialmente en navidad.
No sé por qué a pesar de gustarme tanto, lucho cada año por no perder un poquito de esa fantasía e ilusión que tenían estas fechas cuando era niño. El día de nochebuena lo vivía como algo muy especial. Poner el nacimiento con mis padres. Salir a ver las calles iluminadas, comer
chocolate y churros en cualquier lugar muertos de frió. La noche de reyes, con mi padre riendo en el salón mientras yo me asomaba a la habitación muerto de miedo por si los pillaba allí, con camellos y todo. La cabalgata, la misa del gallo … Todo lo que significaba la Navidad me apasionaba y me apasiona, sin embargo aunque me empeñe ya no lo vivo como antes. Todo evoluciona, todo cambia y nosotros también. Me da más pena ver la falta de Navidad en otros que en mí mismo. Pero siempre en estos días recibes la llamada de algún amigo del que hace tiempo que no sabes. Hay alguna postal en el buzón, cantas algún villancico y comes un poco de turrón.
Siempre hay algo que te recuerda que a pesar de todo es Navidad, y que estas fechas siempre son especiales.
Siempre somos niños,y en estas fechas(y con nieve)más.Los solticios de verano e invierno se celebran en todas las culturas,y a nosotros nos ha tocado ésta que tú dices...y la disfrutamos con alegría.
ResponderEliminarQue paséis buenas fiestas!!!
Sabes, cuando voy a ver la Cabalgata de los Reyes Magos todavía se me pone la piel de gallina como cuando era niña. Es una grata sensación que me gusta repetir año tras año a pesar de la larga y fria espera.
ResponderEliminarFelices fiestas, todos no las disfrutamos de la misma manera.
ResponderEliminarUn saludo