Definir lo que ocurrió el Lunes pasado en el cementerio de San Isidro es difícil si no se estaba allí, ya que no se trataba solo de una visita cultural, se trataba de vivir el lugar, de descubrirlo paso a paso: su historia, sus ilustres personajes, sus preciosos panteones.
Se trataba de dejarse llevar por el silencio, por el olor de las velas y la música que ambientó el espectáculo. De la mano de Marta y Marieta de Pervive, quien tan exquisitamente me trataron, fuimos recorriendo el lugar despertando a cada paso una nueva sensación, un extraño diálogo interno.
Vamos por partes.
Con motivo del bicentenario del cementerio, el presidente de la sacramental, junto con Pervive organizó por primera vez la ruta de las velas. El acto consistía en descubrir el lugar y su historia al atardecer, a puertas cerradas e iluminado por velas … el resto fueron sorpresas. Gracias a esta iniciativa, pude visitar libremente el interior de los mas significativos panteones, como el de Gandara, fotografiar preciosas esculturas ocultas para cualquier visitante. Marta me hizo sentir como un verdadero Vibs (Very Important Blogger) termino acuñado por ella misma, y me dejó que entrara saliera, fotografiara y viera todo lo que estaba a mi alcance sin restricción alguna, conocedora como es del respeto que tengo hacia este lugar.
Poco después llegaron el resto de invitados. Todo el eje central del cementerio estaba iluminado por velas y ascendieron hasta el recibidor, donde el guía y la dama de blanco los recibió e invito a pasar al recinto. A partir de ahí y de la mano de ambos así como del historiador, fuimos descubriendo cada detalle de la ruta. Nos contó anécdotas curiosas y tristes para los amantes de la cultura, como el fusilamiento de el cristo o el destrozo a esculturas del panteón de los duques de Denia durante la guerra civil española. La historia de la Fornarina, enterrada allí, cupletista famosa de principios de siglo. Hubo tiempo para escuchar el silencio, algo tan preciado en Madrid. Hubo momentos para escuchar versos, para disfrutar de la danza del silencio frente a uno de los
más bellos panteones de la sacramental. Poco a poco fue haciéndose de noche y el lugar adquirió aun más belleza. La luz de las velas le dio un matiz distinto y desconocido para mí.
Paseamos aun por más recovecos y terminamos con un concierto de arpa magistralmente interpretado en el interior de uno de los múltiples panteones que posee este lugar.
Como bien digo es difícil describir la tarde, ya que se trataba más de sensaciones que de cultura como tal. Para mí, que los cementerios son lugares que visito con frecuencia y que fotografío siempre a escondidas, tener la libertad de pasearlo, verlo, escucharlo y saborearlo fue todo un lujo.
El trato de Pervive, como siempre excelente. La puesta en escena espectacular y las fotografías … juzgad por vosotros mismos. Podéis verlas todas pinchando aquí.
En el último momento Marta me invito a la presentación oficial al día siguiente, ya que el lunes era más bien un ensayo general y de buena gana hubiera asistido si el tiempo me lo hubiera permitido. No obstante, conociendo como conozco esta web seguro que no tardará en sorprenderme con algo nuevo.
No son los muertos los que en dulce calma de la paz disfrutan,
muertos son los que tiene muerta el alma y viven todavía.
La vida en el honor es el recuerdo.
Por eso hay hombres que el mundo viven,
y hombres que viven el mundo de los muertos.