Esta mañana me he levantado sobresaltado. Tenía la impresión de que algo estaba sucediendo. Lo primero que he hecho ha sido poner la televisión. Grandes titulares anunciaban la retirada de todas las tropas instaladas en zonas de conflicto. Las guerras del mundo habían terminado. La imágenes que acompañaban semejante noticia no dejaban lugar a dudas. Los niños abrazaban a sus madres y los hombres lanzaban sus armas a enormes pilas de fusiles.
Me he tomado un café y he bajado a comprar el periódico. Semejante noticia debía ser una broma. Ni el País ni el ABC hablaban del tema, sin embargo una noticia copaba las portadas de todos ellos: “La crisis económica había terminado“. Por primera vez en muchos meses el paro había descendido, los impuestos habían bajado debido al superávit del Estado, Los políticos estaban reduciendo sus salarios tras una reunión en la que se habían puesto de acuerdo los dos bandos eternamente enfrentados. sobre este y otros muchos temas: por fin luchaban de la mano para solucionar los problemas a los ciudadanos.
Le he preguntado al kioskero con una amplia sonrisa en la boca, que es lo que pasaba con Haití. ¿Con Haití? Me ha contestado ¿es que debería pasar algo?. Sí, le dije yo, hace unos días sucedió una gran catástrofe, murió mucha gente. Lo siento, continuó él, creo que lo has soñado.
He comprado el periódico y, como todos los días he llegado caminado a mi trabajo. Al leer las noticias de Google, otra sorpresa ha terminado de alegrarme el día: Las palabras “Extranjero” ”inmigrante” ”homofobia” ”xenofobia” y otras cuantas más, van a ser retiradas de la real academia de la lengua: son palabras en desuso. No he tenido por menos que celebrarlo con otro café. La ocasión lo merecía, por fin este mundo estaba hecho para los que en él habitamos. A pesar de tanto café, la mezcla de emociones me ha hecho caer en un delicioso dormivela.
He abierto los ojos. Nuevamente estaba en mi habitación. Me he levantado de la cama y he puesto el televisor. La reportera retransmitía el funeral del último soldado Español muerto en la guerra de Afganistán. Después comentaba las cifras de paro, el recorte de derechos al que los trabajadores nos estamos viendo sometidos: pensiones, jubilación, subida de impuestos ... Tras esto ha continuado en una agradable tertulia, comentando sobre el desacierto de Zapatero, al irse a la semana de la oración de América como principal ponente extranjero, frente a los organizadores de este acto que cuentan entre sus filas con dos parlamentarios que acaban de iniciar un tramite para crear una ley en Uganda que permita la pena de muerte a los homosexuales. Me ha horrorizado tanto que he quitado la tele. He bajado al kiosco y he comprado el periódico. En su portada venían reflejados los rostros de los parados en las colas del INEM: Inmigrantes, padres de familia, hombres y mujeres de mediana edad. Dos páginas más atrás, las fotos del horror tras la catástrofe de Haití: Ni siquiera la prensa respeta sus cadáveres, expuestos como trofeos ¿es necesario todo eso para informar?
Al llegar a la oficina he preferido no abrir Internet, no vaya a ser que la SGAE me cobre (como a los niños de un colegio que pretendían interpretar una obra de Lorca, hasta que estos tiranos se lo han impedido si no pagan). He tirado mi periódico a la basura y he cerrado los ojos, a ver si todo esto pasa, a ver si despierto
C
El mundo de los sueños es un bello lugar para vivir...maldito despertador!John Lennon compuso una de mis canciones de referencia:Imagine.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que sueño tan hermoso....a veces tendríamos que vivir solo en sueños, asomarse a la vida es demasaido duro:-(
ResponderEliminarUn abrazo.
La realidad es demoledora.
ResponderEliminarPreferiría soñar pero ya no puedo.
La SGAE es digna de Tercer Reich.
Saludos.
Excelente escrito !!!.
ResponderEliminarMe encantó.